Tribuna SEFAC: SpdER o no SpdER, esa es la cuestión
La realidad, por mucho que pese a los políticos, está por encima de las boutades veraniegas, los servicios farmacéuticos siguen madurando y aportando soluciones a la sociedad. Un servicio con un grado de maduración importante es el Sistema Personalizado de Reacondicionamiento o Dosificación (SPD) y prueba de ello son las múltiples soluciones presentes en el mercado con varias casas comerciales ofertando sus encantos. Disponemos de blíster transparentes, translúcidos, de tres, cuatro hasta seis casillas, abre fácil… Personalmente desearía tener un modelo estándar en la farmacia compatible con la mayoría de las situaciones y no tener que disponer de tantas variantes. Por ejemplo, ¿qué sentido hay en que la mayoría de las presentaciones de blíster sean transparentes cuando en muchos de los pacientes siempre hay algún medicamento fotosensible? La transparencia no aporta nada (tal vez ser algo más barato y distinguir mejor los colores) por lo que el modo translúcido debería ser lo normal y no al revés. La cuestión del número de espacios también es algo discutible. De nuevo mi inclinación es a tener un formato estándar que creo debería ser de cinco espacios, más que el actual de cuatro, dado que la casuística es infinita y normalmente los cuatro espacios suelen quedarse cortos. Además, debería haber un título de casilla configurable más allá de desayuno-comida-cena-noche, ya que tan solo con las “ayunas” ya se generan suficientes disyuntivas a la manida pauta alimentaria. Incluso ayudaría numerar el casillero porque la matriz guerra de barcos no siempre es tan evidente a todos los pacientes. En cualquier caso, estos son detalles técnicos que se irán decantando con el tiempo.
Más compleja resulta la cuestión de medicamentos emblistables y no emblistables. Contar con cuáles pueden reemblistarse en SPD fue un gran avance proporcionado por la base de datos Bot Plus, más allá de las listas caseras que cada uno tenía. Como norma general, no pueden entrar sobres, supositorios, etc… Esto es lógico pero hay un tema de difícil resolución con la lógica binaria Sí/No. En más de una ocasión nos encontramos con pastillas, comprimidos… que no son emblistables, como pueden ser las bucodispersables, efervescentes, levotiroxinas, risperidonas… por problemas habitualmente higroscópicos. En la medida de lo posible se trata de buscar formulaciones que sí sean emblistables pero no siempre es posible. El laboratorio no garantiza su estabilidad una vez desemblistadas del envoltorio original pero dado que el SPD es un sistema para pacientes con dificultades en administrar su medicación nos podemos encontrar que situarlas fuera del pastillero puede generar importantes problemas de adherencia. ¿En qué casos sería más deseable reeemblistar estos medicamentos que dejarlos fuera al albur de que el paciente recuerde o no tomarlos y además en qué condiciones los toma? ¿El medicamento no emblistable se deteriora en el acto o puede aguantar cierto tiempo fuera del blíster? ¿Podríamos disponer de estudios que detallen hasta cuándo un medicamento a priori no reemblistable es capaz de aguantar fuera del blíster y bajo qué condiciones? En la práctica, los laboratorios conocen perfectamente sus productos y saben con bastante precisión cuál es el grado de estabilidad que poseen en diferentes circunstancias. ¿Tan complicado sería realizar un agregado en la ficha técnica que explicite cuáles son esas condiciones, al menos para las cuatro primeras semanas que es lo máximo que un SPD contiene un medicamento? Al final, como profesionales hemos de ser capaces de discernir cuál es la mejor, o la menos mala de las opciones disponibles y en ocasiones podría ser mejor reemblistar un medicamento con ciertos problemas de estabilidad logrando una buena adherencia que no reemblistarlo y perder la adherencia del paciente.