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9 de marzo de 2017

 

Posicionamiento de SEFAC en torno al informe de la SEFH sobre acceso a medicamentos biotecnológicos

  • Los medicamentos que el paciente pueda utilizar a nivel sociosanitario deberían ser dispensados desde la farmacia comunitaria, lo contrario obedece a intereses corporativistas y/o mercantilistas que nada tienen que ver con la mejor atención sanitaria del paciente ni la eficiencia del sistema.
  • El criterio utilizado para clasificar algunos medicamentos utilizados en el ámbito hospitalario es fundamentalmente economicista, y obedece a un supuesto ahorro de costes, aunque sigue sin hacerse pública memoria económica alguna. Es urgente una reevaluación del estatus de dichos medicamentos únicamente sobre la base de criterios técnicos y científicos.
  • La comparación de la SEFH sobre los niveles de adherencia obtenidos en farmacia hospitalaria y comunitaria carece de rigor y evidencia científica al pretender comparar patologías, pacientes y niveles asistenciales diferentes.
  • La cifra de gasto de la vuelta de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) a la farmacia comunitaria esgrimida por la SEFH no proviene de organismos oficiales y es especulativa, ya que no tiene en cuenta determinados gastos directos e indirectos. Resulta paradójico que se hable de costes y gastos y sigan sin ser públicos los costes y los gastos generados desde los servicios de farmacia hospitalarios.
  • SEFAC apuesta por la suma interdisciplinar de profesionales sanitarios y por la coordinación entre niveles, pero documentos como el publicado por  la SEFH dificultan el entendimiento y trabajo entre farmacéuticos y son una falta de consideración a la labor asistencial de toda la atención primaria (médicos, enfermeros y farmacéuticos).
  • La realidad de la farmacoterapia es tan compleja que ningún colectivo por sí solo puede ser capaz de dar una respuesta completa, por lo que SEFAC apuesta por la colaboración interdisciplinar y la coordinación entre niveles asistenciales en beneficio del paciente. Prueba de ello es la propuesta colaborativa sobre dispensación de medicamentos DH realizada en 2010.

Ante la publicación del informe El valor de la farmacia hospitalaria: documento de información y posicionamiento, en el que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) manifiesta su posicionamiento en torno al acceso a los medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH), y más en concreto, a los llamados medicamentos de diagnóstico hospitalario sin cupón precinto (DIHSC) y biotecnológicos, y después de la rueda de prensa donde los representantes de la SEFH reconocen determinadas afirmaciones desafortunadas, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) considera necesario realizar una serie de observaciones, sin poner en duda la importancia del trabajo interdisciplinar entre farmacéuticos y dejando a un lado la valoración de otras consideraciones de carácter no científico.

Los medicamentos que el paciente pueda utilizar a nivel sociosanitario, sean prescritos en el ámbito de la atención especializada o de la atención primaria (AP), deberían ser dispensados desde la farmacia comunitaria (FC) igual que el resto de fármacos que en este momento el paciente puede obtener de la misma. Lo contrario, a criterio de SEFAC, obedece a intereses corporativistas y/o mercantilistas que nada tienen que ver con la mejora atención sanitaria al paciente ni la eficiencia del sistema. En estos momentos hay una serie de medicamentos en el ámbito hospitalario, clasificados en diferentes estatus (H, DHISC, DH), que al paciente se le podrían dispensar en su farmacia comunitaria habitual sin perjuicio de que éste pudiera recibir un seguimiento farmacoterapéutico coordinado entre diferentes profesionales de salud y farmacéuticos de distintos niveles asistenciales.

El documento publicado por la SEFH plantea, en referencia a los medicamentos DIHSC (diagnóstico hospitalario sin cupón precinto), que su dispensación desde los servicios de farmacia hospitalaria (FH) “consigue niveles de adherencia al tratamiento significativamente superiores que los conseguidos en la oficina de farmacia”. El dato de “niveles de adherencia significativamente superiores” de la FH es una interpretación científicamente muy poco rigurosa de un estudio que no compara farmacia comunitaria con hospitalaria y del que la SEFH pretende inferir que las diferencias de adherencia entre pacientes con diferentes patologías son debidas exclusivamente a su actuación, algo que no se puede afirmar ya que es evidente que ni las patologías ni el tipo de paciente son comparables y cualquier conclusión al respecto es meramente especulativa.

La única forma de comparar con rigor científico sería trabajar con grupos homogéneos, es decir, pacientes en la misma situación (patología, tratamiento...) pero atendidos en los dos niveles asistenciales. Con los mismos argumentos que aplica la SEFH en este caso se podría decir que la FC es mucho más efectiva que la FH porque los pacientes comunitarios tienen mayor esperanza de vida que los hospitalarios, pero sería una conclusión engañosa. En cualquier caso, diferentes estudios publicados demuestran la eficacia de la intervención del farmacéutico comunitario en la mejora del resultado del medicamento, así como del grado de adherencia terapéutica.

La SEFH sostiene en su documento que la vuelta de los medicamentos DH a la fFC supondría un gasto de 500 millones de euros al año para el Estado. Sin embargo, la propia SEFH reconoce en el texto que es un cálculo hipotético ya que se trata de un dato que no proviene de un organismo oficial que analice esta situación con cifras reales, sino que parte de una estimación de un almacén de distribución mayorista, al que además se le somete a una extrapolación -de Madrid al resto de España, ignorando las diferencias de población entre comunidades autónomas,- y que tampoco tiene en cuenta variables como posibles descuentos, pago por servicio, etc.

Sin embargo, no dice la SEFH, y es lo verdaderamente llamativo, que el gasto público de medicamentos en AP está acotado al céntimo, de modo que el coste de la FC se conoce pero el gasto público pormenorizado en medicamentos en FH -que por primera vez conocimos en nuestro país y que hoy ya es comparable en euros al de AP- y el gasto que representan los servicios de FH siguen sin ser públicos.

SEFAC desconoce qué incremento de gasto de funcionamiento de las farmacias hospitalarias se ha producido como consecuencia de la dispensación de estos medicamentos que antes no tenía lugar. Tampoco sabe esta Sociedad si los descuentos que se aplican a estos medicamentos llegan en igualdad de condiciones a todos los hospitales o si hay sobrecostos por intermediario. En definitiva, hay una falta de transparencia alarmante, que no se entiende cuando en la práctica sería mucho más fácil hacer el control del gasto público en medicamentos en FH que en AP, puesto que el número de unidades con las que se trabaja es muchísimo menor. Probablemente este ejercicio de transparencia debería ser uno de los primeros objetivos que podría plantearse la FH.

Otra nota llamativa del documento es que ante la evidente dificultad de acceso que genera una dispensación exclusivamente hospitalaria, la SEFH pretende solucionarla con la tentativa de poner repartidores de medicamentos a domicilio. Al margen de su más que discutible idoneidad, esta propuesta obvia que el paciente dispone de un farmacéutico al lado de su domicilio que conoce su medicación, que puede efectuar un seguimiento farmacoterapéutico más próximo y frecuente a lo largo del tiempo y que puede coordinarse con el resto de profesionales sanitarios.

Es evidente que hay medicamentos, los hospitalarios, que por sus características y situación del paciente deben ser diagnosticados, dispensados y seguidos en el hospital. Sin embargo, los medicamentos DH son aquellos que según ley deben ser diagnosticados en hospitales pero su administración y seguimiento puede realizarse fuera de los mismos. Pero la realidad actual es que el criterio utilizado para clasificar algunos medicamentos utilizados en el ámbito hospitalario es fundamentalmente economicista, y obedece a un supuesto ahorro de costes, si bien sigue sin hacerse pública memoria económica alguna. SEFAC reitera que es urgente una reevaluación del estatus de dichos medicamentos únicamente sobre la base de criterios técnicos y científicos.

La clasificación DIHSC no tiene base científica y se sustenta en una regulación legal poco precisa, porque no regula más que su trasvase a la FH sin hacer ninguna alusión a sus propiedades farmacológicas, ya que no tiene otro objeto que el mal llamado ahorro de costes (que se desconoce cuál es). Como sociedad científica de los farmacéuticos comunitarios SEFAC debe destacar que no se tiene en cuenta ni la valoración científica de los fármacos ni la situación del paciente -que debe asumir una serie de costes personales para acceder a estos medicamentos-, ni la intervención de los profesionales sanitarios del ámbito familiar y comunitario, que se ven expuestos a una pérdida de actuación científica preocupante.

SEFAC quiere llamar la atención sobre el peligro que supone dejar al margen de los medicamentos biotecnológicos a estos profesionales, y sobre la necesidad de generar estrategias de formación y actuación de médicos de familia y farmacéuticos comunitarios. No se trata de elegir entre atención hospitalaria o primaria sino de buscar actuaciones que complementen lo mejor de los dos niveles en servicio del paciente. No existe ninguna razón científica que impida una dispensación de los medicamentos DIHSC en farmacia comunitaria junto a un seguimiento colaborativo con la FH.

SEFAC considera que la realidad de la farmacoterapia es tan compleja que ningún colectivo profesional por sí solo es capaz de dar una respuesta completa, por lo que apuesta por la colaboración interdisciplinar de profesionales sanitarios, y por la coordinación entre niveles asistenciales en beneficio de la atención sanitaria al paciente. Es decir, para lograr este objetivo no sobra nadie sino que falta sumar y sacar partido a todos los recursos humanos que tiene el Sistema Nacional de Salud (SNS). Prueba de ello es la propuesta colaborativa sobre dispensación de medicamentos DH que SEFAC realizó en 2010.

Por todo esto SEFAC emplaza a la SEFH, a los colegios profesionales, a la Administración y a todos los agentes responsables a construir un modelo de acceso y uso racional de estos medicamentos que busque sumar y no restar, complementar y no dividir y generar propuestas integrales, basadas en la realidad de los pacientes y los recursos disponibles y encaminadas a la excelencia profesional colaborativa.

SEFAC seguirá trabajando para unir esfuerzos con otros profesionales de la salud, estén o no en diferentes niveles asistenciales, y más en concreto con los farmacéuticos hospitalarios, pero este documento publicado por la SEFH supone un paso atrás que dificulta el trabajo interniveles del farmacéutico, con el consiguiente perjuicio para los pacientes, la profesión farmacéutica en general y el SNS.

 

Sobre SEFAC

Constituida en marzo de 2001, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) es una asociación científica y profesional de ámbito nacional con más de 3.900 asociados y trece delegaciones en quince CCAA que tiene como objetivo prioritario profundizar en la cartera de servicios asistenciales de la farmacia comunitaria y convertirse en un interlocutor científico de referencia del farmacéutico comunitario con las distintas administraciones y con el resto de las profesiones sanitarias. Más información en www.sefac.org.

 

Para más información, contactar con Mario Vaillo en mvaillo@sefac.org o Javier Pulido en jpulido@sefac.org y en los teléfonos 691 763 892 / 91 522 13 13