La presidenta de SEFAC Catalunya apuesta por “asegurar el futuro” de los SPD pensando en la remuneración del servicio
Apenas una década de vida —fueron algunas farmacias de Barcelona quienes lo implantaron a comienzos de siglo— ya ha sido suficiente para confirmar las ventajas de los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD), tanto para el sistema sanitario en general (ahorrando costes gracias al mejor uso de los medicamentos que propicia) como para los propios pacientes (facilitando y asegurando la toma de su medicación) e incluso los farmacéuticos comunitarios, ayudándoles al seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes y estrechando relaciones con el médico en torno a este sistema. Por ello, ante la evidencia de sus resultados y su utilidad en la mejor adherencia a los tratamientos, “es aún más importante luchar por su futuro”, recordó Paqui Moreno, presidenta de SEFAC Catalunya, durante su intervención en una mesa redonda que analizaba la evolución de estos sistemas celebrada el pasado 3 de marzo en el Congreso Europeo de Oficina de Farmacia de Barcelona (INFARMA 2011).
Ahora bien, ¿por donde pasa ese futuro? En opinión de Paqui Moreno, pasaría “por convertirlo en un servicio presente en todas las farmacias comunitarias y, sobre todo, que las autoridades sanitarias no sigan estirando al máximo la altruista voluntad que en todos estos años han mostrado los farmacéuticos ofreciendo este servicio sin recibir nada a cambio”. Por ello, un buen gesto para afianzar este servicio en el futuro frente a la voluntad —quien sabe si limitada— de los profesionales sería “su remuneración”, cree Moreno. Nunca con el objetivo de establecerse como una fuente de ingresos, sino como contraprestación a los costes que ya de por sí genera la puesta en marcha de un SPD. “Es un sistema que exige un mayor tiempo y dedicación que la dispensación tradicional de medicamentos. Hay una entrevista con el paciente, un análisis de los fármacos que toma para encontrar duplicidades o posibles reacciones adversas, una manipulación, un etiquetado y control de calidad, hay que comprar los blisters, etc.” enumera la presidenta de SEFAC Catalunya como partes del proceso. Un proceso, en definitiva, “que va asociado directamente a un gasto económico que a día de hoy nadie nos compensa”, recuerda.
Como así coincidieron en señalar otros de los participantes en esta mesa redonda, entre los que se encontraban representantes de colegios farmacéuticos y Universidades, “el futuro de un servicio como el SPD es un tanto incierto si no empezamos a recibir nada a cambio por parte de las administraciones”, cree esta farmacéutica comunitaria. Y es que, sería un error echar por tierra una herramienta “que ha ayudado a reivindicar la posición del farmacéutico comunitario dentro de la cadena asistencial y ha permitido un trabajo conjunto de toda esta cadena en el objetivo de mejorar el cumplimiento terapéutico del paciente”, concluyó Moreno.