La diabesidad sienta en una misma mesa multidisciplinar a médicos, enfermeros y farmacéuticos en el congreso de SAHTA
La diabesidad o consideración unitaria de una enfermedad prevalente como la Diabetes Mellitus junto a un factor de riesgo como es la obesidad ha dado contenido a la mesa principal del segundo día del Congreso Médico de SAHTA (Sociedad Andaluza de Hipertensión Arterial) que, de la mano de las Jornadas de Farmacéuticos y las Jornadas de Enfermería que se celebran paralela y conjuntamente, ha encontrado en este tema un ejemplo del carácter multidisciplinar de esta cita en Jerez.
Ponencias de Javier Benítez, Cristóbal Morales, Carmen Amelia Ruiz y Jesús Carlos Gómez han permitido, moderados por Pedro Pablo García, Sebastián Ramón Martínez y José Damián Miranda, poner sobre la mesa el estudio y propuestas de prevención, tratamiento, educación y continuación en los cuidados. Previamente, las estrategias en el manejo del paciente acercaron igualmente a la atención a las personas diabéticas.
“La evidencia científica ha demostrado que cuando uno es obeso aumenta la posibilidad de padecer Diabetes Mellitus en un 70 u 80%, lo que no quiere decir que un paciente delgado no pueda padecerla también”, afirma el doctor Benítez quien insiste en que “el paciente que es diabético lo es igualmente con hipertensión, aumento de dislipemia (colesterol y triglicéridos) y con factores de riesgo transversales como el tabaquismo y el sedentarismo”.
Es objetivo actualizar conceptos con la aparición de nuevos grupos terapéuticos que mejoran el tratamiento farmacológico controlando niveles de hemoglobina, parámetro reconocido por la Organización Mundial de la Salud para el control de la enfermedad. Pero también estimular el ejercicio físico y la formación e información en torno a hábitos alimenticios cardiosaludables entre los que prime la dieta mediterránea.
Desde la parcela de la enfermería se ha aportado la idea de problema de salud pública que constituye la obesidad, “en aumento no sólo en paises desarrollados sino también en vías de desarrollo”, señala Gregoria del Campo, vocal de enfermería de SAHTA. Se trata de un factor de riesgo de primera magnitud no sólo porque aumenta la morbi-mortalidad cardiovascular sino también la frecuencia de diabetes.
Se reconoce el preocupante incremento de la obesidad infantil así como el problema de la obesidad abdominal o central. Y se señala, en la práctica clínica diaria, la constatación del fracaso general de los programas para bajar peso. De este modo, cobra importancia el papel de la enfermería desde el seguimiento de la persona obesa, aportando el plus de cercanía y mayor tiempo de dedicación que tienen a su alcance respecto al médico.
Jesús Gómez, presidente de SEFAC, ha recordado en nombre del tercero de los sectores partícipe que “la obesidad es una enfermedad crónica y una de las mayores causas de muerte, y el farmacéutico tiene que intervenir como máximo experto en medicamento y responsable de la salud de los pacientes y además siendo el profesional más cercano, lo que es un valor añadido”. La pretensión de que esa participación no sea aislada sino coordinada ha vuelto a ser resaltada una vez más de su mano.
“En la dispensación de medicamentos podemos detectar cualquier problema: si el paciente está tomando la medicación, si lo está haciendo correctamente, si puede haber un resultado negativo de la toma de la medicación, que otros factores de salud afectan como si fuma, el peso, sus hábitos alimenticios…” Todo ello está al alcance del farmacéutico, recuerda Gómez quien no ha evitado críticas a los recortes de la Junta ante la que “los farmacéuticos comunitarios de Andalucía lo están pasando muy mal, y está poniendo en riesgo indirectamente la salud del paciente”.
Entre los datos contemplados para mover, fundamentalmente, a la acción preventiva se encuentran que España ocupa el segundo lugar en obesidad infantil europea y que el 25% de adolescentes entre 13 y 15 años la sufren. Otras mesas sobre enfermedad pulmonar y riesgo vascular, tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial refractaria o riesgo vascular e hipertensión arterial han completado la segunda jornada del Congreso.
Ponencias de Javier Benítez, Cristóbal Morales, Carmen Amelia Ruiz y Jesús Carlos Gómez han permitido, moderados por Pedro Pablo García, Sebastián Ramón Martínez y José Damián Miranda, poner sobre la mesa el estudio y propuestas de prevención, tratamiento, educación y continuación en los cuidados. Previamente, las estrategias en el manejo del paciente acercaron igualmente a la atención a las personas diabéticas.
“La evidencia científica ha demostrado que cuando uno es obeso aumenta la posibilidad de padecer Diabetes Mellitus en un 70 u 80%, lo que no quiere decir que un paciente delgado no pueda padecerla también”, afirma el doctor Benítez quien insiste en que “el paciente que es diabético lo es igualmente con hipertensión, aumento de dislipemia (colesterol y triglicéridos) y con factores de riesgo transversales como el tabaquismo y el sedentarismo”.
Es objetivo actualizar conceptos con la aparición de nuevos grupos terapéuticos que mejoran el tratamiento farmacológico controlando niveles de hemoglobina, parámetro reconocido por la Organización Mundial de la Salud para el control de la enfermedad. Pero también estimular el ejercicio físico y la formación e información en torno a hábitos alimenticios cardiosaludables entre los que prime la dieta mediterránea.
Desde la parcela de la enfermería se ha aportado la idea de problema de salud pública que constituye la obesidad, “en aumento no sólo en paises desarrollados sino también en vías de desarrollo”, señala Gregoria del Campo, vocal de enfermería de SAHTA. Se trata de un factor de riesgo de primera magnitud no sólo porque aumenta la morbi-mortalidad cardiovascular sino también la frecuencia de diabetes.
Se reconoce el preocupante incremento de la obesidad infantil así como el problema de la obesidad abdominal o central. Y se señala, en la práctica clínica diaria, la constatación del fracaso general de los programas para bajar peso. De este modo, cobra importancia el papel de la enfermería desde el seguimiento de la persona obesa, aportando el plus de cercanía y mayor tiempo de dedicación que tienen a su alcance respecto al médico.
Jesús Gómez, presidente de SEFAC, ha recordado en nombre del tercero de los sectores partícipe que “la obesidad es una enfermedad crónica y una de las mayores causas de muerte, y el farmacéutico tiene que intervenir como máximo experto en medicamento y responsable de la salud de los pacientes y además siendo el profesional más cercano, lo que es un valor añadido”. La pretensión de que esa participación no sea aislada sino coordinada ha vuelto a ser resaltada una vez más de su mano.
“En la dispensación de medicamentos podemos detectar cualquier problema: si el paciente está tomando la medicación, si lo está haciendo correctamente, si puede haber un resultado negativo de la toma de la medicación, que otros factores de salud afectan como si fuma, el peso, sus hábitos alimenticios…” Todo ello está al alcance del farmacéutico, recuerda Gómez quien no ha evitado críticas a los recortes de la Junta ante la que “los farmacéuticos comunitarios de Andalucía lo están pasando muy mal, y está poniendo en riesgo indirectamente la salud del paciente”.
Entre los datos contemplados para mover, fundamentalmente, a la acción preventiva se encuentran que España ocupa el segundo lugar en obesidad infantil europea y que el 25% de adolescentes entre 13 y 15 años la sufren. Otras mesas sobre enfermedad pulmonar y riesgo vascular, tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial refractaria o riesgo vascular e hipertensión arterial han completado la segunda jornada del Congreso.