El farmacéutico comunitario es fundamental en el abordaje integral del paciente oncológico
El farmacéutico comunitario es una pieza fundamental para hacer un abordaje integral al paciente oncológico. Ésta es una de las conclusiones extraidas de la mesa redonda La oficina de farmacia y el cáncer, celebrada en Infarma 2014 (Madrid) y en la que ha participado la presidenta de SEFAC Madrid, Alicia González.
Según González el farmacéutico comunitario participa activamente en el abordaje del paciente con cáncer “tratando de evitar las complicaciones, informando y asesorando al paciente, realizando seguimiento de efectos secundarios, cuidados nutricionales y dermatológicos”. Además, se da la circunstancia de que los pacientes oncológicos, en muchas ocasiones, son tratados con medicamentos de extrema toxicidad potencial, que exigen de una atención farmacéutica global, sobre todo en el seguimiento de todos los efectos secundarios derivados de las terapias oncológicas, pues aunque en algunas ocasiones se realizan en el hospital, el enfermo padece los efectos secundarios en su casa. “Dado el arsenal terapéutico utilizado para su tratamiento y los constantes avances producidos, donde las vías y formas de utilización de medicamentos nuevos o ya existentes son cada día mayores, se justifica la participación del farmacéutico, incluido en el tratamiento del dolor”, ha añadido la presidenta de SEFAC Madrid.
Esta opinión sobre la importancia del farmacéutico comunitario también ha sido compartida por el resto de ponentes de la mesa, moderada por la vocal de Ortopedia del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Carmen Mijimolle. Isabel Barreda, enfermera, para quien la farmacia es un recurso que ayuda en las distintas fases de la enfermedad, ya que “es el primer punto de consulta”. No obstante, Barreda ha apuntado que para mejorar la atención integral de estos pacientes, también es necesario abrir “un diálogo permanente y constructivo entre oncólogos y farmacéuticos, para investigar, mejorar y crear nuevos caminos que mejoren nuestra calidad de vida”
Las ponentes en la mesa debate, en la que también ha participado María del Mar Arasa Gaspar, manager de Prima-Derm, han coincidido también en señalar que el cáncer se está convirtiendo en una enfermedad crónica gracias a los nuevos medicamentos, por lo que esta nueva realidad requiere un abordaje desde diferentes frentes.
Entre esos frentes también destacan la educación en hábitos de vida saludables, así como en el cuidado de la alimentación para mejorar aguantar mejor la dureza de los tratamientos, y el cuidado de la piel. En este sentido, Arasa ha indicado que un aspecto saludable de la piel mejora la autoestima y la normalización del paciente que en muchas ocasiones sufre adversos cutáneos adversos como pueden ser la alopecia, etc.
Según González el farmacéutico comunitario participa activamente en el abordaje del paciente con cáncer “tratando de evitar las complicaciones, informando y asesorando al paciente, realizando seguimiento de efectos secundarios, cuidados nutricionales y dermatológicos”. Además, se da la circunstancia de que los pacientes oncológicos, en muchas ocasiones, son tratados con medicamentos de extrema toxicidad potencial, que exigen de una atención farmacéutica global, sobre todo en el seguimiento de todos los efectos secundarios derivados de las terapias oncológicas, pues aunque en algunas ocasiones se realizan en el hospital, el enfermo padece los efectos secundarios en su casa. “Dado el arsenal terapéutico utilizado para su tratamiento y los constantes avances producidos, donde las vías y formas de utilización de medicamentos nuevos o ya existentes son cada día mayores, se justifica la participación del farmacéutico, incluido en el tratamiento del dolor”, ha añadido la presidenta de SEFAC Madrid.
Esta opinión sobre la importancia del farmacéutico comunitario también ha sido compartida por el resto de ponentes de la mesa, moderada por la vocal de Ortopedia del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Carmen Mijimolle. Isabel Barreda, enfermera, para quien la farmacia es un recurso que ayuda en las distintas fases de la enfermedad, ya que “es el primer punto de consulta”. No obstante, Barreda ha apuntado que para mejorar la atención integral de estos pacientes, también es necesario abrir “un diálogo permanente y constructivo entre oncólogos y farmacéuticos, para investigar, mejorar y crear nuevos caminos que mejoren nuestra calidad de vida”
Las ponentes en la mesa debate, en la que también ha participado María del Mar Arasa Gaspar, manager de Prima-Derm, han coincidido también en señalar que el cáncer se está convirtiendo en una enfermedad crónica gracias a los nuevos medicamentos, por lo que esta nueva realidad requiere un abordaje desde diferentes frentes.
Entre esos frentes también destacan la educación en hábitos de vida saludables, así como en el cuidado de la alimentación para mejorar aguantar mejor la dureza de los tratamientos, y el cuidado de la piel. En este sentido, Arasa ha indicado que un aspecto saludable de la piel mejora la autoestima y la normalización del paciente que en muchas ocasiones sufre adversos cutáneos adversos como pueden ser la alopecia, etc.